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3 Junio, 2021 | Maldita Pandemia

Estamos viviendo un momento muy difícil de sobrellevar a nivel mundial, pero como digo siempre, los pingos se ven en la cancha y este es el momento de sacar de adentro lo mejor que tenemos. Hasta el último respiro. Esta pandemia se llevó a un ser muy querido, Jorgito, que era como un hijo para mí. Pero la vida es así, para bien o para mal tenemos que seguir con nuestros valores y convicciones, y en mi caso eso es Jamás Bajes Los Brazos. Cualquiera sea la circunstancia que se te presente en la vida, no los bajes.

Ayer hablé con mis vendedores preguntando cómo iba todo en Argentina, y obviamente la respuesta fue unánime. “La gente tiene miedo, no sabe lo que va a pasar” y demás cosas que todos ya sabemos. Pero mi respuesta fue “¿pero no hay nada diferente para que me cuenten?”. Y les di un ejemplo medio tonto pero que me parece interesante. Les recordé que todos sabemos que mi oficina en Argentina está en un tercer piso y es por escalera. Todos sabemos que para acceder sí o sí debo subirlas. Estaría demás decirme “che, Javi, para ir a tu oficina tenés que subir las escaleras”, algo que está a la vista y es lógico. Ahora si yo volviera de viaje y me encuentro que me dicen “Javi, vení al fondo que estamos armando un montacargas con poleas mecánicas para que puedas acceder a tu oficina de una forma distinta”, eso sí se llama idea. Alternativa. Propuesta. Ocuparse de la situación, adelantarse.

Porque si todos sabemos que hay una pandemia y nos aferramos a eso, nos quedamos estancados. Si es así entonces tírate a una cama, dormí la siesta y cuando todo esto termine salí y da la cara. Sino hace lo que todos tienen miedo de hacer, afrontar el problema. Si está oscuro no digas “uy, está oscuro”. Buscá una vela e iluminá. Si hay mucha luz no digas “hay mucha luz”, buscá lo que sea y date sombra. Si llueve no te quejes, mojate. Si hace frío, abrigate. Cada problema tiene una solución, o al menos tenés que intentarlo. Yo ahora estoy en Bolivia, lejos de mis hijas. Es más, los domingos ya no podemos salir por ninguna razón, así y todo mi cabeza y mi mente están super positivas. Creo que si planteamos la situación que vivimos y convertimos el desánimo en ánimo podemos demostrar que podemos. Pensá que si vos sos diferente marcarás un camino, y ese camino en este momento difícil del mundo se llama éxito. No aflojes. No abandones. Poné la dirección en el GPS modo éxito que para ese lugar irás sin bajar los brazos.

JBLB.

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31 Mayo, 2021 | Cheques del Olvido

En el año 2008 la imprenta había arrancado bien, con trabajo, con ganas, como siempre positivos. Hasta obtuvimos una chequera en el banco, lo que nos hacía sentir parte del sistema financiero de Argentina. Entonces empezamos a dar cheques a proveedores y a comprar mercadería. Papel, tinta, chapas, lo que hiciera falta. Seguíamos haciendo folletos para supermercados, muchos de los cuales quedaban a largas distancias, hasta que comenzó un conflicto en el campo. Cortes de ruta y demás problemas políticos. Había un bloqueo por todos lados, y muchas veces no podíamos entregar la mercadería, entonces tampoco podíamos cobrarla ni levantar los cheques que habíamos dado.

Empezaron a venir todos de vuelta, los reclamos eran muchos. Yo tenía miedo de atender el teléfono incluso. Sonaba y lo apagaba porque no tenía respuesta. Fueron muchos cheques, casi 100 rechazados en otra época mala de la imprenta. Luego vino la famosa llamada loca de la primera pantalla LED que vendimos que ya conté en otra oportunidad, y empezamos a ganar dinero. Lo primero que hicimos con Jessica fue pagar todos esos cheques, porque lo que nos pasó no fue a propósito. Recién luego de 4 años pudimos saldar todas nuestras deudas, pero para nosotros era importante. Quizá muchos quieran dicho “nos fue mal en el negocio, estamos en otro rubro, ya fue”. Pero la base de mi empresa está en el corazón, en la pasión y en la honestidad, y luego el destino nos devolvió algo más grande. Y nosotros, orgullosos, levantamos todos los cheques para demostrar que se puede hacer lo que corresponde.

Cuando miro para atrás y veo todo el camino que recorrimos para llegar a los que somos hoy digo “wow, sí que las pasamos duras”. Perder constantemente, fracasar otras tantas. No querer atender el teléfono por vergüenza, mirarme al espejo y preguntarme muchas veces “¿cuándo me va a llegar? ¿Cuándo será ese día que pueda realizar mis sueños, mis ideas, mis ilusiones?”. Me lo viví preguntando mientras le daba la vuelta. De tener un pequeño taller de imprenta y alquilar donde podía, a hoy estar en un hotel 5 estrellas haciendo reuniones por todo el mundo. De no haber tomado un avión hasta los cuarenta años, a tener empresas en muchos países y muchísimas familias trabajando y felices. Cuando miro para atrás veo a un hombre que buscó todo y de todas maneras. Que hizo el bien siempre y puso la cara, y que cuando tuvo cumplió con lo que debía. De contar las monedas que tenía ahorradas con Jessica para comprar dos pasajes en micro e ir a Córdoba a ver un posible cliente que jamás fue, a hoy tener una flota de vehículos propios para nuestros trabajadores.

¿Por qué contás esto, Javi? Me preguntaron el otro día. Para motivar, para que no pierdas las esperanzas en vos, que creas y confíes en vos. Que te mires al espejo y te hagas esa misma pregunta: ¿cuándo me toca? El espejo te va a decir, vos seguí intentando que el éxito va a llegar. Tomá el camino más difícil para que te cueste el doble el sacrificio. Así entenderás que lo que estás haciendo es armar tu camino al éxito. Si fuera fácil no se llamaría éxito. Si querés emprender no existe el miedo, el descanso, la depresión ni la duda, solo existe e compromiso, la pasión y el amor. ¡Crea, creé y crecé!

JBLB.

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6 Mayo, 2021 | La Casa Que No Fue

Allá por el año 2002 estábamos con Jessica en la imprenta peleándola como siempre, comprando siempre la Revista Segunda Mano para ver qué podía aparecer. Desde ya en nuestra cabeza el sueño de la casa propia no existía. Hasta que un día Jessica me dice “conseguí una casa”, gritando de alegría! “¿Para alquilar?”, le pregunto yo. “No, para comprar”, me dice ella, “y nos lo dan a pagar en cuotas”.

En ese momento vivíamos en San Martín, provincia de Buenos Aires, en una casa que se usaba antes para velatorios. No teníamos calefón, usábamos una garrafa para cocinar, y ella me venía con esa noticia. ¡No entendía nada! “Queda en Tigre”, me dice, lo cual me pareció bárbaro. “Sí, pero en la isla” me dice, pero igual mis ganas de tener casa propia eran tantas que le dije que fuéramos a verla. Nos tomamos el 343 cartel verde creo, dos horas de viaje, bajamos y tomamos una lancha colectivo una hora más. Después de tanto viaje por fin llegamos, silencio absoluto. El de la lancha antes de irse nos dijo que estemos atentos que en una hora más pasaba la última lancha y sino nos quedábamos ahí varados. Resumiendo, la casa estaba bien pero cómo hacíamos para llevar la imprenta hasta la isla. Me imaginaba trasladando las máquinas en lancha, los perros, era una locura.

Hoy me río pero la necesidad nos llevaba a pensar cualquier decisión. Queríamos tener algo propio, sin mirar dónde ni cómo. Era triste no ver el futuro pero garras no nos faltaban. Pensábamos la idea para llevar el plan adelante, cómo entregar los trabajos o por ejemplo qué pasaba si un cliente pedía conocer la imprenta. No le podíamos decir “dale, veinte a la isla que en tres horitas estás”, jaja. Así que nos miramos y dijimos “no, no podemos hacer esto”. Pero lo pensamos, nos atrevimos como siempre a todo sin miedo y sin medir las consecuencias, pero esto ponía en riesgo nuestra única fuente de ingreso. Yo siempre le decía a ella, “algún día vamos a ser millonarios” aunque no tuviéramos para pagar el alquiler. Hasta que un día llegó ese llamado. Todavía tengo en mi cabeza el sonido del teléfono cuando llamó Emanuel de Villegas, lo atendí y me preguntó si vendía pantallas de LED aunque yo no tenía ni idea lo que eran. “Sí, obvio”, le dije, “mañana te paso un presupuesto”. Luego miré a Jessica y le dije “¿qué es una pantalla de LED”? Y miren hoy, menos de diez años después, nuestras hijas ya tienen su hogar, su techo asegurado, y llevamos instaladas más de 1.500 pantallas en 11 países. Hoy trabajan muchísimas personas con nosotros mientras escribo esto sentado solo en un restaurante de hotel porque no hay nadie alojado en este momento tan difícil que estamos pasando. Hoy recuerdo a mi papá y a Jorge que ya no están. Pero ¡presente! Algunos me dicen que para qué tantos viajes, pero mi respuesta siempre es la misma. Mi sacrificio es la felicidad de muchos y la alegría de todos. Porque desde ese día de querer tener una casa propia que no se concretó hasta hoy llegar a donde estoy pasé por muchas cosas. Y tengo que seguir para que muchos otros cumplan sus sueños. Sueños que yo no pude soñar pero que hoy vivo y puedo ayudar a muchos a sentir lo que con Jessica sentimos al abrir la puerta de la casa propia. Esa sensación no se puede describir con palabras, solo con sensaciones.

Creo que somos ejemplo de que todo se puede y no hay nada imposible en esta vida, solo llamar al destino y jamás, pero jamás, sentirse derrotado. Te lo dice uno que caminó y camina por todos los obstáculos que puedan existir. Tenés que ser atrevido. No te escondas, afrontá el fracaso y arrancá de nuevo hasta que dejes de existir en esta vida. Mientras estés vivo y respires, jugátela, que si barajás bien ¡te tocan los dos comodines para ganar!

JBLB

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30 Abril, 2021 | Querido Jorge

A veces la vida nos golpea fuerte con cosas que nos cuesta entender. Hoy estoy así, me pegaron un golpazo y todavía estoy mareado con la pérdida física de mi gran amigo. Cuando hace seis años empezamos a crecer con la empresa, estábamos en una etapa en que necesitábamos sumar a alguien, y un muchacho que venía a changuear nos presentó a Jorge, que estaba trabajando en una panadería. Jorgito era panadero, de pantallas no tenía ni idea, igual que yo, pero le metía una voluntad terrible ¡era impresionante! Nos contaba que ayudaba a su hermanita, él vivía solo en San Martín y andaba con algunas deudas en ese momento. Empezamos a hacer una relación hermosa, era muy difícil llevarse mal con una persona con un corazón tan grande. Empezó a crecer, a viajar, nos fuimos juntos a Tucumán, a Santiago del Estero, a Córdoba, íbamos en la camioneta y un día le dije “manejá vos gordo, dejá de hinchar las pelotas” y manejaba por todos lados. O sea, era muy buena persona, vos le decías “che Jorge, ¿me ayudás con esto?” y él te decía “sí, dale, yo me encargo”. Él nunca te iba a decir que no. Y lo empecé a adoptar, digamos.

Yo ya había ido a Miami en su momento, y él me decía “che ¿cómo es Miami?” y yo le decía “Sacate una visa y conocela” y él “que no, que no sé”, entonces Jessi agarra y me dice “le saqué la visa y un pasaje a Jorge”, y nos fuimos a Miami con Jorge, Jessica, las nenas y unos amigos. Y la pasamos re bien, él iba a todos lados con su camiseta y shortcito de Platense. Era fanático del Calamar, creo que todos nos hicimos un poco de Platense por él. Cuando perdía sufríamos, y cuando ganaba nos poníamos contentos. Es más, cuando subió a Primera estaba muy orgulloso de compartir ese logro con nosotros y su familia.

Después nos surgió la posibilidad de ir a Bolivia y conoció el país instalando pantallas por todos lados. Nos fuimos juntos a Cancún dos veces, también con papá que ya no está más tampoco. Fuimos a República Dominicana, a Uruguay, nos recorrimos un montón de países. A todos lados que iba usaba las cadenas de oro como yo, la gente me preguntaba si era mi hijo y yo les decía que sí a todos. Disfruté momentos, disfruté tristezas, me acuerdo que cuando le pedimos a Ornella y a Berenice que elijan los padrinos y Orne me dijo que quería que fuera Jorgito, y le mandamos un video a él preguntándole si aceptaba. Era un pibe encantador, un pibe que… me pone loco saber que ya no está más, porque junto con mi viejo éramos tres que íbamos a todos lados, inseparables.

El se recorrió Argentina de punta a punta, me acuerdo una vez que teníamos que instalar una pantalla en Jujuy, en Abra Pampa y se fue allá solo. “Me siento mal por la altura” me decía, y yo me reía por qué él, era un tipo que no te decía que no, iba a todos lados. Tuvo la suerte que todo el mundo lo quisiera, él te contestaba el fono a cualquier hora. Era alguien que siempre buscaba una solución. Sabía más que los chinos, aprendió más que ellos a arreglar las pantallas. Era amigo de todos. Que injusta la vida, que se haya llevado a una persona tan hermosa, tan querida, tan emprendedora. Se cansó de estar en Bolivia porque estaba enamorada de Vero, su novia, su futura esposa. Y hace poco se había enterado que iba a ser papa, de un varón, Martino. Estaba re contento porque decía: “Ya lo voy a hacer de Platense”, y yo le decía “de Platense y River, las dos cosas, un equipo chico y un equipo grande”. Estaba muy emocionado por el futuro del nene, estábamos todos contentos por qué sabíamos lo que era, cómo iba a ser como padre en dos meses.

Era un ángel, un tipo una persona predispuesta a todo, a ayudar, tenía un carácter de venir y levantarte el ánimo en dos minutos. Decía “che tiene que salir esto, pongámonos pilas. ¿Quién paga la Coca?” Entonces así se encargaba de motivar a los compañeros. A todos empleados que trabajan en mis empresas les enseñó él. ¿Y saben quién le enseñó a él? Él mismo, porque yo no le podía enseñar algo que no sabía. Entonces se puso a investigar, tocaba y aprendía. Me acuerdo cuando en el 2015 le instalamos una pantalla a Johnny Allon, él iba todas las noches ahí a hacer el programa y se mataba de risa porque Allon era un personaje también. Le hizo un evento a Nito Artaza, el estaba en todos lados, Jorge era único… Nunca se va a reemplazar su onda, su felicidad, su sabiduría, sus ganas de aprender. Creo que era el ejemplo ideal de un emprendedor que se puso hasta su propia empresita de alquiler de pantallas de LED, orgulloso, no descansaba nunca, tenía su cuadernito que anotaba todas las cuentas. Él quería ser diferente, y lo fue. Quiso su auto, vendió las cadenas de oro que tenía decía y se lo compró. A veces venían empleados míos y me decían “sí, porque Jorge tiene preferencia…” y yo los agarraba y les decía que sí. Lo quería como un hijo y Jessica también. Teníamos eso con él que no le podíamos decir no. Jorge tenía hasta extensiones de tarjetas nuestra para que pase en los VIP de los aeropuertos. Lo llevábamos en Business “Vamos Jorge, vamos para acá”. Qué injusta es la vida cuando te lleva un ser querido, una persona con tanto empuje con tanta virtud en la vida. Con tanto futuro.

Hoy creo que le voy a rendir homenaje, para hacer todo lo que el quiso hacer con su hijo y yo poder apoyar a su familia, él es… Él fue un ejemplo para todos, no sé cómo cambiaría la situación hoy en día. Pero tenemos que estar siempre acompañando. Dar la vida hasta el final, por qué no sabés cuando te va a tocar, pero que fue injusto, fue injusto. Se fue un ser amado tan grande que el vacío que produjo es gigante. Pero le voy a rendir homenaje de la mejor manera, con trabajo, sacrificio y siendo buena persona.

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19 Abril, 2021 | Marketing Criollo

El otro día un pastor en Bolivia me dijo que lo que yo hacía era Marketing Criollo, porque iba de país en país, de pueblo en pueblo, asesorando a las personas con tantas ganas y pasión. Y quizás algo de razón tiene. Sé que genero interés en los lugares a los que voy y la gente me escucha, y eso viene de la mano de buscarle la vuelta siempre ante la adversidad.

En la época que tenía la imprenta les hacíamos todos los folletos a una empresa de viviendas muy buena y conocida que se llamaba Viviendas Alegretti, propiedad de Norma y Rafa, dos excelentes personas. Tenían varias sucursales en todo el país, y un día llego a su empresa en Junín y la veo a Norma preocupada porque le habían robado en la sucursal de La Pampa. “Qué mala suerte che”, le digo. “¿Cómo controlás las sucursales?”, le consulto. “Por teléfono”, me dice ella. “¿Y no tenés cámaras de seguridad?” le pregunté, a lo que me respondió que no, y me consultó “¿vos ponés?”. “Obvio”, contesté. “Bueno presupuestame para todas las sucursales”, me dijo, y yo como siempre quedé en pasarle todo al otro día, aunque no tenía mucha idea. Salí de ahí y llamé a Gonzalo, un amigo que se dedicaba a las computadoras. “Che Gonza, ¿vos sabés algo de cámaras de seguridad?”. “Sí”, me dice. “Me salvaste la vida”, le digo por teléfono, “tenemos que instalar cámaras en 6 provincias”. Yo de cámaras sabía lo que venía en Crónica TV en los móviles, no tenía idea, pero no podía desaprovechar la oportunidad. Hicimos el trabajo, quedó muy bien, y todo se dio por la necesidad de intentar resolverle un problema que no era mío a un cliente.

La vida te pone oportunidades en momento difíciles y tenés que aprender a comprender. En esa época viajaba cada 15 días a entregar folletos. 230 kilómetros de idea y 230 de vuelta. Varias veces se me cerraban los ojos cuando manejaba, pero debía hacerlo, jamás tuve situaciones fáciles de trabajo en mi vida. Incluso hoy en Bolivia, con el esfuerzo que requiere tomar tantos aviones y estar lejos de mis hijas. Podría estar en casa tirado en un sillón gigante mirando una película, pero en vez de eso prefiero viajar y contagiar a mis compañeros con una revolución de energía positiva para que estén todos motivados y felices. En todos los paises que tengo empresas podríamos comprar las pantallas en China como hacen todos, revenderlas y listo, eso sería mucho más fácil que buscar generar, ensamblar las pantallas desde cero y generar mano de obra local.

¿Tengo que hacerlo? No, como cuando le consulté a Norma por las cámaras, pero no puedo evitarlo. Si se pueden mejorar las condiciones de todos debo hacerlo, esa es mi misión como emprendedor. Jamás hay que bajar los brazos, no lo hice ni nunca lo haré, así que nunca tires la toalla. Y si te derrotan, entrená para afrontar una nueva pelea que ya llegará esa victoria que tanto buscás, porque tu energía es la que va a marcar tu futuro. No pienses que tenés que dormir porque estás cansado, ya lo harás cuando dejes de existir, mientras tanto pensá, hacé, creá, compartí, ayudá, no te sientes esperando una ayuda. Eso es lo fácil. Jamás contarás la historia de tus triunfos si antes no perdiste. Siempre pensando que serás el héroe de tu historia.

JBLB.

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16 Abril, 2021 | Soy Emprendedor

En el día mundial del emprendimiento quiero saludar a todos los que diariamente buscan salir adelante pese a la gran cantidad de dificultades que se nos presentan. Emprendedor es el que intenta, no solamente el que lo consigue. Yo estuve gran parte de mi vida fracasando pero nunca dejé de buscarlo, hasta que un día me tocó. Si algo puedo decirte en este día tan significativo es que JAMÁS BAJÉS LOS BRAZOS. ¡Feliz día, emprendedores, vamos por más!

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14 Abril, 2021 | Fracaso en el Carnaval

Cómo no recordar las locuras que hacíamos para generar ingresos años atrás. Corría el verano del 2008 y el trabajo de la imprenta había bajado a un 30%. Era algo normal en esa época, desde el 15 de diciembre hasta marzo casi no teníamos ingresos y había que buscarle la vuelta. Entonces se me prendió la lamparita aprovechando una impresora digital que habíamos comprado y que imprimía banners de 120x30cm. Imprimí una foto de una chica que bailaba en la comparsa Mary Mary de Gualeguaychú, que para los que me leen desde otros países es una ciudad de la provincia de Entre Ríos cuyo carnaval es furor en Argentina. Entonces pensé, le pongo el almanaque 2008, la foto, lo imprimo, lo pegamos con cola sobre una laminada de fibrofácil de 9mm, papel Contact transparente arriba y queda como un cuadro. Hermoso. Era tanta la confianza que le teníamos que llamamos por teléfono a todas las comparsas para contar la idea, pero solo una nos escuchó y nos invitó a ir: O´bahia. Así que hacia allá fuimos en el Fiat 147 modelo 1993 sin aire acondicionado.

Todos los viernes al mediodía salíamos con Jessica, y a veces con Matías, rumbo a Gualeguaychú. Llegábamos y buscábamos dónde dormir, porque en época de carnavales siempre estaba lleno. Lo hicimos en enero, febrero y parte de marzo, viajando todos los fines de semanas 200 kilómetros ida y vuelta. Le sacábamos fotos a los que bailaban y en la semana armábamos los banners para al finde siguiente entregarlos. Sólo cobrábamos 40 pesos cada uno, pero mi cuenta era que iba a vender miles así que nos iba a servir. Error, vendimos solamente 150. Le teníamos toda la fe al proyecto, las ganas y el trabajo fueron gigante pero el resultado no fue el mejor. Me acuerdo que tenía el puesto justo al lado de un kiosco dentro del Corsódromo. La gente miraba lo banners y decía “qué buenos que están”, pero nadie los compraba. Yo sentado ahí, cuidando mi lugar, pero sin ventas. Noches largas y también tristes, pero bien me sirvió la experiencia. Hoy en 2021 ya no tengo un Fiat 147, me subo a un auto importando muy lindo y con aire acondicionado, y los fines de semana tengo muchas reuniones y genero trabajo para mucha gente. Todo es positivo, veo un gran futuro y esperanza, pero si me preguntás “Javier, ¿si volvieras al pasado harías lo mismo?”, te digo que sí.

Todos mis intentos y mis derrotas me llevaron a ser lo que soy hoy. A no tener miedo, a tener confianza en mi forma de expresarme, a decir soy yo y es lo que hay. A ser un hombre con valores y convicciones a quien la vida lo formó de una manera heroica, que lo alentó a seguir y jamás bajar los brazos, que le enseñó a vivir sin temer. Todo esto me hizo también que el día que tuve supiera que tenía que compartir con los demás, que tenía que ayudar como a mí me hubiese gustado que me ayudaran. La vida me dio dos ángeles y me dijo que por ellas haga todo, porque con su amor me alimentan para ayudar a los demás. La vida de EMPRESARIO DE BARRO es la más difícil de todas, porque el corazón es muy sensible y hay que saber escuchar, dar, y para eso hay que generar, y para generar hay que trabajar. Y más que otro porque sos el líder.

El otro día recibí un audio de una periodista de República Dominicana que me preguntaba cómo hacía para estar siempre positivo, siempre conectado, siempre viajando para todos lados y con tanta energía. Le contesté que nunca tuve y sé lo que se siente, y como lo sé, no quiero volver a no tener ni tampoco quiero que el que está al lado mío les falte. Y para eso tengo que estar siempre al 100%, porque mi motivación son lo corazones felices. El día que no exista recién ahí descansaré.

JBLB.

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5 Abril, 2021 | Aprender

Recuerdo de mi infancia cuando iba al colegio con el guardapolvo blanco y llevaba mi portafolio de cuero marrón con un cierre en el medio y dos correas a los lados sobre dos bolsillos grandes. Tenía mi caja de fibras Sylvapen de 12, la plasticola y el papel glasé. También el álbum de figuritas de King Kong que llevaba a todos lados para jugar a la tapadita con los compas. Ni que hablar de mi vasito retráctil para tomar el mate cocido que servían las maestras con esas jarras de plástico verdes y anaranjadas. ¿Por qué recuerdo esto? Ayer me crucé con esta foto que me llevó a recordar mis viajes a Costa de Marfil, en su capital Abidjan donde tengo la empresa. Yo llegaba y me instalaba en un hotel 5 estrellas. Allí, comparado con lo que viví de chico, tenía los más ricos desayunos, pero muy pocas veces los tomaba. Prefería irme a la oficina y compartir con mis compañeros el pan, croissant, manteca y café. Ellos felices de hacerlo conmigo, y me hablaban sin parar en francés, por más que yo no entendía lo que decían si no tenía a mi traductora. Igual me ponía feliz, sus caras demostraban alegría al vivir juntos ese momento, con “el león blanco”, como me dicen allí.

Yo siempre voy para adelante, desafiando toda clase de estructura, de estilo, de formas. Fui a un país del que poco conocía y el primer día ya vendí una mega pantalla en una iglesia. Iluminé Costa de Marfil con pantallas de LED, lo que todavía hoy me resulta increíble. ¡No puedo creer lo que logré en África!. Fueron seis meses de viajes seguidos, con una cultura totalmente diferente a la nuestra, pero ¿saben por qué triunfé? Por mi forma de ser. De aquel niño que tomaba mate cocido con los chicos, a sentarme todos los días con mis empleados y hacer lo mismo. Compartir y hacerlos sentir parte de todo. Para ser buena persona hay que predicar con el ejemplo, hacer lo que no todos se animan.

Nadie imagina lo que son mis viajes, muchos me dicen que pierdo mucho a no estar con mis seres queridos pensando en los negocios, pero esos mismos no me ven llorando a la noche en los hoteles, o bajoneado en los aeropuertos. No me importa, sé que puedo hacer feliz a mucha gente generando trabajo en Argentina y en cualquier lugar del mundo. Nunca hay que tener miedo de hacer, de dar. Muchas cosas dependen de uno. Muchas veces nos puede ir mal, pero también tenemos que ser conscientes que un día lo vamos a lograr. Cerrá los ojos y poné todo al 0 verde, después abrilos y si sale, gritá fuerte. Y si no sale, volvé a jugar. Sin miedo al fracaso, sin miedo a no tener. Los que nada tuvimos y hoy tenemos, sabemos que la vida puede cambiar en un segundo.

Yo no sirvo para dar consejos, pero sí intento mostrar un camino, que es difícil pero al final hay recompensa. Sañalame a mí y pensá, si él pudo yo también puedo, sin perder nunca la esperanza.

JBLB.

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25 Marzo, 2021 | A No Aflojar

Cuando con Jessica comenzamos con el proyecto de la imprenta propia allá por el 2001, lo hicimos en un local en el que antes había una casa velatoria en San Martín. Obviamente que escuchábamos ruidos todo el tiempo, cómo olvidarme. Había dos baños y no teníamos agua caliente, así que nos teníamos que bañar con agua fría. Contaba hasta diez y me metía en la ducha. Salía, me enjabonaba y después otra vez hasta diez a enjuagarme. Sufríamos mucho en esos días que no teníamos ni para comprar una garrafa.

Fue un comienzo difícil, al que se le sumaba tener que conseguir clientes. ¿Cómo hacer? pensábamos. Y se nos ocurrió caminar y levantar los folletos que había en a calle. Si estaban ahí tirados es que alguien los había impreso, y si alguien lo hacía es porque otro se lo había pedido. Lógica pura. Entonces recorríamos todos los barrios juntando los papeles de la calle y los llevábamos a nuestro “nicho”. Jessica los llamaba y ofrecía el servicio de imprenta mejorándoles el precio. De esa manera pudimos comprar la garrafa y bañarnos con agua caliente, y empezar a acomodarnos de a poquito.

Ya pasaron 20 años de ese momento y hoy lo que junto son los papeles que me dejan en la oficina con los pedidos de pantallas de LED o sonido, y ya no somos sólo Jessica y Javier, sino que somos 55 personas, cada uno con sus familias. El otro día me preguntaban cómo hacía para tener siempre energía positiva y buen humor, si no me cansaba nunca. La respuesta es siempre la misma, miro a mis hijas y recuerdo mi pasado, de las necesidades que pasé, que me hacía falta todo y no quiero que ellas pasen por lo mismo.

Hoy mi vida es diferente, y gracias a Dios los que me rodean también cambiaron para mejor. Super esperar, supe decir “ya vendrán épocas buenas”. Todo lo malo en algún momento se termina. Muchos me dicen “Javi, dame un consejo amigo, tu corazón manda”. Yo lo único que puedo decir es que vos sos dueño de tu propio destino, de tu vida, de tus ganas de ser diferente. Que te llamen loco. ¡Qué te griten fuerte LOCO! Vos méralos y decís “este loco tiene vida y tiene ganas de cambiar, ganas de levantarse y sonreír”. Escucha una canción, motívate para salir a luchar, a pelear, deja todo lo que tenés adentro y tenés miedo de sacar. Y si te ponen piedras esquivadas, si te ponen barro embarrare, y si te caes al agua, nadá,, pero siempre busca una alternativa para caminar el camino que elegiste.

Enamorate de vos, confía en vos, que sos el único que puede llevar tu nombre a lo más alto de la montaña. Cuando llegues vas a decir “me lo dijo Javi, el gordito que usa zapatillas de diferente color”. No le tengas miedo al fracaso, a la derrota, al que dirán. Yo perdí mil veces y un día me toco ganar. Sé un gladiador, peleá en la arena hasta decir basta, que seguro que el león aparecerá y te guiará. Abórdate, deja de luchar cuando no estés más en esta tierra, mientras tanto no aflojes.

JBLB.

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25 Marzo, 2021 | Vuelo 305

Vuelo 305. Ese es el número de aviones que llevo tomados desde el año 2015. Estoy en República Dominicana visitando una de nuestras empresas, llegué cansado, el viajar de madrugada te mata, pero acá estoy, preparando mi mente para arrancar con todo.

Me traslado al verano del 2008 en Caseros cuando teníamos la imprenta en el garage de mi hermano Roberto. Yo como siempre me la pasaba pensado en cómo hacer plata rápida ya que éramos varios para comer. Entonces dije “¿por qué no hacemos cartelitos de oferta y vendemos en verdulerías, fiambrerías y ferias?”. Entonces armé el diseño en Corel Draw 11, que era el programa que yo usaba. Sí, también fui diseñador gráfico. Armaba una plancha A3 donde entraban 4 modelos, Robert o Pablo los imprimían y Leo los cortaba. Entre Mechi y Jessica los separaban de a 200 unidades, le ponían termo contable, le daban color y quedaba un paquete hermoso. Pero luego había que venderlos. Y ahí viene la historia. Cochecito de bebé con Sofía mi ahijada jugando con los paquetes de oferta que le invadían su transporte mientras Jessi y Mechi vendían los paquetes a 40 pesos. Mientras, yo me iba para Fericrazy, en Loma Hermosa. Papá tenía un Corsa verde y me llevaba de un lado para el otro. “¿Cuántos vendiste, Javi?”, me decía. “Seis paquetes, pa, vamos que esto funciona”, la decía. Siempre buscando la vuelta para salir adelante, siempre queriendo crecer. Jamás nadie me detuvo porque siempre busqué lo mejor para mi familia y mis allegados, jamás dudé en ayudar.

Pasaron trece años y hoy Jessi es mi socia en esta hermosa locura. Mis hermanos también están conmigo. Roberto es el director de multimedia de la empresa, Pablo el encargado general, Leo el jefe de instalaciones y Carina está en ventas. Hoy se cumple un año que papá no está, pero hasta ese entonces él era quien te recibía siempre con una sonrisa y te tiraba buena onda. Pasé de caminar con el cochecito de Sofi vendiendo puerta a puerta cartelitos de ofertas, a ser CEO de una empresa multinacional. Eso en los libros no está escrito. Lo que sí les puedo decir es que sigan y sigan que va a salir esa idea, ese sueño. El otro día me preguntaban si creía en la suerte en los negocios. “¿Qué?”, grité yo. La suerte no existe, existe el destino porque lo buscamos constantemente. Es muy fácil tener suerte, lo difícil es tener constancia, sacrificio, metas, ganas, proyectos, empatía.

¿Sabés cuál es el modelo a seguir? Aquel que se embarró y llegó a algo con honestidad. Hay que mirar siempre para adelante y no tener miedo a perder, a fracasar. No te canses ni se te ocurra abandonar tu sueño. Los sueños son el futuro. Y el futuro es tu familia. No los dejes solos. ¡Qué hermoso que es transpirar la camiseta!

JBLB.

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19 Marzo, 2021 | El Año de la Liebre

Año 1986, el año de la liebre. Lo recuerdo muy bien porque fui a ver la Final del Mundial ´86 a la casa de mi abuela, que vivía en un departamento que alquilada con mi abuelo y mi tío Luis en la calle Sánchez de Bustamante, en el barrio de Palermo. Ellos tenían TV color así que aproveché. De esa época recuerdo ese día, con mis 13 años, corneta celeste y blanca, caminado por avenida Corrientes de la mano de mi viejo y tío, cantando y festejando. Y también estar en mi barrio, tratando de cazar una liebre con un palo.

Sí, así como lo lees, yo vivía en Villa Tesei, calle Lorenzini esquina Aristizabal, y el frente de la casa tenía un tejido de alambre cubierto con una ligustrina bastante tupida. La vereda tenía baldozones de cemento cuadrado grandes que caminabas saltando de uno en uno porque si llovía te llenabas de barro. También teníamos tres arboles grandes en la vereda. Cruzabas la calle de tierra y te encontrabas con el famoso campo del Inta. Teníamos la canchita de fútbol y el resto era una selva en miniatura. En esa época miraba la serie Maestro Ninja y me creía que era el mejor en las artes marciales. Recuerdo que tenía armada una madera blanca con el mango negro. Le puse una cámara de bicicleta rota y le daba la forma de la gran espada. Tantos recuerdos, como cuando salíamos con los pibes a cazar liebres con los palos. Era cosa de niños, nada de maldad, sabíamos que nunca lo íbamos a lograr, pero era la aventura de ese momento.

Corríamos el campo de punta a punta hasta que uno gritaba: “Allá está”, pero nunca llegábamos. Otro de nuevo: “Va para tu lado”, y nada. Hoy haciendo memoria y volviendo a mi infancia, me doy cuenta que siempre busqué lo imposible para hacerlo posible, no me importaba si se reían o me decían que estaba loco. “No lo vas a lograr”, “es imposible”, escuché muchas veces, pero eso no estaba en mi mente, quería probar, me quería sacar la duda. Quién hubiera dicho que ese niño que nunca alcanzaba las liebres iba a estar años después en un avión rumbo a cumplir sueños en otros continentes. No creas que algo es imposible, no creas que no se puede. Intentalo aunque sea difícil, corré y tratá de alcanzar esa liebre, con un palo, con una idea, con una hoja y un lápiz. Escribile y avísale que la vas a alcanzar, que aunque yo de chico nunca pude me dejó la enseñanza de intentar lo que nadie se animaba.

Hoy de grande me encontró un león a mi, el más poderoso de todos. Él solo se me acercó, me miró y se quedó a mi lado. De la liebre al león, por intentar lo imposible. Siempre. JBLB. 🦁

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17 Marzo, 2021 | Del Barrio a la Embajada

Un día más de trabajo y proyectos en República Dominicana, donde me acabo de reunir con con el embajador de Guatemala. En estos quince días conocí muchas personas importantes a quienes les gusta mi historia y dicen que mis proyectos son motivadores, pero yo sigo siendo Javier, el Colo. Del barrio a juntarme con un embajador, pero siempre soy el mismo. Bermudas y zapatillas, una negra y otra blanca. Ese es mi sello junto con mis cadenas y anillos. Así soy, me despierto a la madrugada pensando en todas las cosas que tengo que hacer y no me puedo volver a dormir. Ayer Jessica, la mamá de mis nenas, me pasó un video de las chica jugando al hockey y yo no estaba ahí. Se me cayeron las lagrimas porque las extraño mucho.

Pero papá tiene una meta y es hacer historia, demostrarle al mundo que se puede ser un empresario diferente, sin soberbia ni egoísmo. No hace falta mirar por arriba a las personas para sentirse poderoso, sino todo lo contrario. Lo importante es dar trabajo, compartir. No sé si muchos seguirán mi camino, pero al menos intento dejar mi marca. Cualquier persona puede llegar lejos si se lo propone, pero siempre siendo humilde, educado, responsable y original. Es clave mantener los valores y jugársela, siempre. Seguro que uno se va a perder momentos importantes de la vida como me está pasando a mi ahora, pero si eso ayuda para que a otros les vaya mejor, lo voy a seguir haciendo.

Pasé de vender verduras en un carro a caballo a tomar café con un embajador pensando en embellecer un país con pantallas de LED, así que no me vengan con imposibles. Los imposibles no existen en mi vida, lo grito a los cuatro vientos. Sé que tengo una forma diferente de hacer negocios, pero así soy yo, hablando con pasión. Mí escuela fue el barro, la vereda, la calle. Me llevaba materias a marzo, pero seguía intentando y estudiando para dar el examen. Terminé el colegio a los 27 años. Nada fue fácil. Hasta que un día sonó el teléfono y mi respuesta fue “Sí, vendo pantallas de LED”. Había estudiado mucho para mi prueba final, me preparé a fuerza de golpes durante muchos años y recién a los 40 rendí bien mi materia y me recibí de “Ingeniería de jamás digas no puedo”.

Motivarse a uno mismo es algo mágico, alentase es de locos, pero con resultados inesperados. Mirá más allá, no te cierres, mirá tu interior, respirá profundo y abrí la mente. Sonreí. No te detenga en discusiones tontas que no conducen a nada y restan tiempo. La paciencia es una virtud que tenés que dominar. Saber esperar y entender que vas a lograr tu objetivos. Estudiá y preparate para ese examen final.

JBLB.

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8 Febrero, 2021 | Helados Shock

Ya conté varias veces que tenía una heladería con la que me fundí, lo que nunca dije fue el nombre: Shock. Son esas decisiones que uno piensa “la llamo así y es un éxito”, gran error. El motivo por el que había sido creada era muy importante para nosotros, porque era para costear el tratamiento y poder ser padres, algo que logramos pero no con la ayuda de este proyecto.

Era un viernes de noviembre de 2010 y llovía. Calor, humedad, y yo repartiendo los pedidos en un Ford Taunus azul de techo negro, cuatro puertas, año 1983. Me llevaba como podía el Taunito, ya a esa altura en el quinto pedido de la noche. Me sentía Reutemann, dejaba uno y salía volando para dejar el siguiente, siempre con mi misión de ser puntual. No me gustó nunca que la gente esperara mucho tiempo, siempre me ponía en su lugar. Ellos querían el postre y no había lugar para las excusas. A 20 cuadras de la heladería voy a doblar a mi derecha y opa, el volante giraba y las ruedas no. No sabía qué hacer. Empecé a meter rebajes porque no podía frenar de golpe.

La gente me gritaba que me corriera, pero yo no podía hacer más que reírme. Lo llamé a mi hermano Leo y la única forma que encontramos de moverlo fue que mientras uno lo empujaba, el otro le iba pegando patadas a las ruedas para que giraran. Hoy, a más de diez años de ese día, me río de ese Taunus loco. Tengo una flota de camionetas y camiones con los que llevo las pantalla LED a todo el país y manejo un auto importado, pero nunca me olvido del camino recorrido con millones de tropiezos. Acá estamos, con fuerza, pensando en el futuro y en los proyectos. Que una rueda no te detenga, que un tropiezo no te asuste, reíte de la desgracia, porque sino no te levantas nunca de la cama.

Yo escucho muchas veces la palabra “bajoneado”, “estresado”, y realmente no entiendo. Hace una semana tuve la suerte de estar en la playa con mis hijas. Estaba tomando una limonada en la barra de la piscina y me sonó el teléfono como siempre. Era un hombre llamado Néstor preguntando el precio de las pantallas, y de fondo se escuchaba música de salsa y a Ornella gritando “papá traeme un licuado de frutilla”. Néstor me dice “perdón, estás de vacaciones, no te molesto”. Le dije que sí, pero que no hacía falta que llamara otro día, que gracias a clientes como él yo podía estar de vacaciones, así que lo mínimo que podía hacer era atender el teléfono. Nosotros los emprendedores debemos estar toda la vida al 100% para que nuestros hijos no pasen las mismas necesidades que nosotros.

¡No aflojen, que para eso están los nudos y nosotros somos cadenas!

JBLB.

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22 Febrero, 2020 | Subestimé y Así Me Fue

En junio de 1991 tenía 18 años y me había quedado sin trabajo. La empresa donde estaba me dejó sin efecto porque habían ingresado las Mac que automatizaban mi laburo de matrizador en pre prensa, las viejas películas que luego se trasladaban a la plancha que se ponían en las máquinas offset.

Como todo pibe canchero pensaba que una computadora no me podía suplantar, subestimé y así me fue, me quedé en la calle. Siempre fui de trabajar y me encargaba de estar ocupado todo el tiempo. Hacía horas extras, no me importaba. De hecho las pedía, hasta ofrecí no tomarme vacaciones, por lo que esos 20 días sin trabajo me costaron mucho. Sentía que la gente me miraba como si hubiera cometido un error. Salía a buscar en las agencias y miraba los cartelitos, repositor, repartidor de volantes, lo que venga, hasta que conseguí en una imprenta.

A lo que viene mi anécdota es a invitarnos a pensar el valor que le ponemos al trabajo, la honra que nos produce, la tranquilidad que nos genera, la importancia de sentirnos útiles. Que nos necesiten, que nos enseñen y que encima nos paguen. A veces siento que esta generación es algo diferente a la mía en ese sentido, que se toma las cosas un poco más a la ligera. Veo que tienen una mina de oro delante y en vez de usar un pico están usando una cucharita de helado. Hay que dejar todo, esa es la diferencia que tenemos que marcar. Nosotros como emprendedores debemos demostrarles a los jóvenes que si nos acompañan vamos a devolverle la confianza en sus proyectos, pero es importante no subestimar las cosas como hice yo hace treinta años.

JBLB.

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20 Enero, 2021 | Aquellos Años Locos

Tenía diez años y era un loco. El Colo, me decían muchos, otros Purecica, porque mi pelo era anaranjado y brillaba aún más con el sol. Cuando iba a la peluquería me hacía el corte de Sergio Denis, que estaba de moda en esa época. Jugaba a las figuritas, a la bolita, con las chapitas de gaseosa y ni hablar al fútbol a cualquier hora y en cualquier lugar. Por las tardes miraba tele en la TV blanco y negro mientras tomaba mate cocido, y cuando mi abuela se jugaba se mandaba unas tortas fritas gigantes. ¡Cómo olvidar eso! Mi casa con ligustrinas al frente y los laterales de alambrado, la higuera al fondo. Vivía en el árbol colgado como si fuera un mono colorado. Teníamos también una casita de madera y una bomba de agua. Si habré bombeado de chico. También recuerdo la caminata al colegio, con calor, lluvia o como fuera, al colegio no faltaba. Me gustaba, y una vez por mes íbamos con mamá a buscar la caja PAN que nos daban.

Éramos felices con tan poco, porque no imaginábamos tener más. No había posibilidad. Juntaba cobre, botellas o plomo para hacerme unos pesitos y comprarme las mielcitas, un Topolín o los palitos salados. Recuerdos inolvidables de mi vida que llevo en el alma. El olor a mi barrio. Hasta siento el aroma de esas albóndigas fritas que me hacía mi abuela o la polenta con salsa que hacía mamá. Todos esos recuerdos me llevan al pasado y me hacen valorar mi presente. El saber que tuve la suerte de vivir una vida llena de diferentes momentos. Ocasiones que uno no elige, a uno le tocan, porque mi destino estaba marcado.

Sin pensar fui feliz sin nada, supe esperar. Sin pensar fui buen amigo de mis amigos, sin pensar me querían y compartía. Todo lo creamos nosotros desde muy chicos, por eso pienso que en los momentos difíciles tenemos que mirar en nuestro interior y sacar a flote esos recuerdos. Compartirlos, contarlos, reírnos de ese niño inocente pero con pensamientos gigantes, que nos ayudan a ayudar y a compartir. Qué lindo es contar la historia desde el principio, a veces le hablo a mis hijas de mi infancia y ser ríen de lo que yo hacía a su edad. Pero saben el valor del trabajo y el sacrificio, y eso es una de las enseñanzas más importantes que puedo dejarles.

JBLB 🦁

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19 Enero, 2020 | La Gran Muralla Tembló

Allá por el año 2016, en mi tercer viaje a China, cumplí un sueño que hasta esa fecha supuse que sólo quedaría en eso, un sueño. Si de chico me preguntaban qué me gustaría conocer, yo decía China. Miraba todas las películas de Bruce Lee, las de historia de guerreros y todo lo relacionado con su cultura. Cuando viajé por las pantallas de LED a ese país por primera vez, no podía creerlo. Pero siempre pensaba en el trabajo, en hacer crecer a la empresa, no paseaba mucho. Iba de fábrica en fábrica, y no tenía mucho tiempo de recorrer. Recién en mi tercer viaje fui a Pekín, a ver a un proveedor de sillas. Y ahí sí, era mi oportunidad para conocer la Gran Muralla. ¡Por fin!

Llegamos y hacía un frío de locos para esa época. Había muy poca gente, y como en todo centro turístico, tenés que sacar un ticket. Entramos y me ofrecieron ir caminando, pero dije que no. Entonces me dijeron “vamos en teleférico”, tampoco. Hasta que me propusieron “¿no querés ir en helicóptero? Sí, dije. Si la hacemos, la hacemos bien. Recuerdo con una sonrisa el letrero que decía “suben hasta 3 Shaquille O´Neal”. Esta es la mía, pensé, entonces voy tranquilo. Pero ahí empezó mi odisea. Imagínense que los chinos no superan en promedio los 50 kilos y el metro sesenta de altura, y yo en ese momento andaba por los 145 kg. y 1,75 de altura. Era un Don King colorado para ellos. Nos subimos a un taxi y le decimos al conductor que nos lleve al helicóptero. Nos mira, me mira. Y le dice a mi traductor que si no prefería otra opción. ¡Me estaba diciendo gordo! “Dale, llévame”, le dije, algo que aceptó a regañadientes. Cuando pasamos la primera barrera un militar nos para y nos pregunta a dónde íbamos. Cuando le contamos que nos dirigíamos a tomar un helicóptero inclina su cabeza para mirarme y se la toma con sus manos. El chofer se pone a hablar con él, imagino que le decía “y qué querés, él quiere ir, qué puedo hacer”. El militar llama a no se quién y pasamos.

Llegamos a la base y otra vez alguien que se agarra la cabeza, ahora el piloto. Ya me sentía incómodo, ¿dónde quedó lo de que subían 3 O´Neal? Pasamos para pagar el viaje y otra vez a discutir con mi traductor, decían que tenía que pagar por dos. Ahí ya me empecé a reír, no lo podía creer. Pero me subí, y ahí empezó mi miedo, era una burbuja de vidrio el aparato. Subí como pude, mientras el chino me decía algo que esta vez sí le entendí: “no toques nada”. Yo pensaba “¿y qué querés que toque, si no puedo ni moverme?”. Parecía un Javier enlatado al aceite. Empiezan a girar las hélices. Pasan 30 segundos, un minuto y nada, el helicóptero no subía. “Dale loco, levantalo”, le decía. Además, había como diez personas mirando con cara de preocupados. Un minuto y medio que fue eterno, pero empezó a levantar vuelo. Lentamente. “Dale, ponele nafta”, le gritaba yo entre risas. “Dios mío, protégeme”, pensaba, mientras el chino estaba más asustado que yo.

Ya en el aire, recorriendo la Gran Muralla desde el cielo, mi di cuenta que mi sueño se cumplía. Algo que jamás pensé que iba a lograr, lo estaba viviendo. Era real. La sensación y emoción no se pueden describir. Los sueños no son solo sueños, en algún momento se cumplen, y siempre que lo sientas y lo vivas en tu mente, tenés que ir tras ellos. Llegan en el momento menos esperado. Nunca hay que bajar los brazos.

JBLB. 🦁

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11 Enero, 2021 | Memoria

Si hay algo que tengo es mucha memoria. Recuerdo mi infancia, mi adolescencia, muchos momentos. Justo estaba mirando la foto que nos sacamos en la empresa hace unos días, el 31 de diciembre, y me detuve en la gran familia que somos. Se me vino a la cabeza el recuerdo del 31 de diciembre del 2001. Obviamente todo lo que me pasa hoy no estaba en mis planes ni en mis sueños de ese momento.

Ese día no teníamos dinero. A las 12, brindamos con jugo y cenamos papas con huevo duro. Era lo único que teníamos. En la mesa estábamos Jessica, mi mamá, mi hermano Leo y yo. Así brindamos y así recibimos el 2002, Recuerdo que siempre decíamos “ya llegará el momento”. Esperanza tenía de sobra. Siempre tuve la mente muy positiva. Miro hoy a mi alrededor y sigo asombrado de lo que construimos, de todo lo que pasamos. ¿Saben? Mi primer avión lo tomé en julio del 2015. A la fecha, me subí a 260 aviones. Se los cuento porque todavía no caigo. Recuerdo cuando trabajaba en una empresa gráfica llamada Arcángel Maggio y para llegar ahí tomaba un tren, dos subtes y un colectivo. Dos horas y media tardaba para llegar. Y me sentía orgulloso de trabajar en esa empresa. Siempre respeté todo.

Por eso les cuento que de la nada misma se puede construir un imperio, un castillo o tu propio camino. Todos los días pienso qué mejorar, qué hacer, qué generar. Sueño con conquistar el mundo. Sueño con iluminar todo con pantallas de LED. Sueño con generar cientos de empleos. Sueño que todos puedan tener un gran futuro. Y duermo poco, porque sólo quiero hacer todo bien y ayudar. Mi destino es este: ser el hombre que genera, que pretende, que quiere, que cree, que crece, y que comparte. Es un trabajo hermoso.

Hoy, que estamos transitando los primeros días del 2021 seguimos instalando pantallas LED y ya incorporamos al primero de muchos compañeros nuevos que se van sumando a la familia. Y sinceramente les digo, esto es de no creer. Porque llevamos ilusiones a nuestras casas. Llevamos futuro. Llevamos amor. Llevamos respeto. Es lo que queremos y sentimos que lo hacemos. Por eso te digo, ¡empezá este año con todo! Mirame y pensá: Javi pudo y llegó, entonces yo también voy a poder.

Ponele amor y pasión a todo lo que hagas, pero ¡hacelo! ¡No arrugues! Seas como seas, más tímido, más extrovertido, más simpático, menos sociable, no tengas miedo de ser lo que sos. Sólo hacelo. Arrancá a la mañana, poné música, cantá. Mirate al espejo y repetí estas palabras: TE VEO Y CREO. TE VEO Y CONFÍO. TE VEO Y TE PROMETO QUE HOY EMPIEZA EL CAMBIO. Hacete la promesa a vos mismo y empezá la búsqueda de tu sueño. El sueño más maravilloso de todos.

JBLB.

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19 Diciembre, 2020 | Año 2020

Ya se agotaron mis palabras para pensar qué decir y como agradecer sobre este fin de año que se nos acerca. Un 2020 que se va. Pandemia. Dólar disparado. Aumentos desmedidos. Cierre de empresas. Y nosotros firmes y fuertes. ¡Cómo no contarlo! ¡Cómo no decirlo! ¡Cómo no gritar a los cuatros vientos y decir gracias! Soy una persona que no cree en las casualidades ni en la suerte. Creo en el destino y el sacrificio. Las cosas pasan si las buscás. Y hoy veo a la empresa en Argentina que termina el año con 15 empleados nuevos. Más familias. Más proyectos. Más futuro para todos. ¡Más personas felices!

¡Cómo no estar contento y compartirlo! Aprendí a tener paciencia en la vida. El famoso paso a paso de Mostaza Merlo para poder construir, ladrillo por ladrillo. Todo llega. A todos nos llega. ¿El secreto? Creer. Creer en uno mismo, primero. Y después creer en el que está al lado tuyo. ¿Saben qué? Vendimos más de 2000 pantallas desde que nació la empresa. Y no necesito ser un experto, porque creo en mi producto. Lo conozco. Lo entiendo. Lo vivo. Lo veo. ¡Lo enseño! Sé hablarlo y comunicarlo. Me rodeo de gente altamente capacitada, me siento seguro y me apasiono cada día más. Ponerle amor y corazón es fundamental para el éxito. ¡Qué gurú ni gurú! ¡Qué me hablan de tips para lograr el éxito en tu empresa! Yo te digo: paciencia, ganas, corazón, creer en vos mismo, no subestimar a nadie. Escuchá y aprende de los que trabajan con vos. Ayudá. Comunicá. No pierdas nunca la pasión por lo que hacés. Tomalo como filosofía de vida. Si hacés pizzas, que esa pizza brille, que sea hermosa y rica. Si lavás autos, que quede perfumado y alucinante. Si vendés ropa, usála y mostrate. Sé amable. Sé gentil. Si manejás un remis, sentí que en cada viaje llevás al presidente. Sé empático. Hacé tu trabajo con buena onda y así siempre van a pedir por vos. No importa lo que hagas, pero hacelo con ganas. Metele mucha onda. Vas a ver como el día de trabajo será mejor, y quién sabe, lo cerca que estás de tu destino.

El 2020 se va. Fue una verdadera locura, pero acá estamos. Yo tengo memoria. Jamás me olvido de dónde vengo y quien soy. Todos los días de mi vida me acuerdo de cuando era chico y llevaba las frutas en el canasto de la bicicleta para ganarme unas monedas. De cuando tuve la heladería y me sobraron cientos de botellas de champagne por un negocio que salió mal. De la raspadita ganadoras que casi me funden en la imprenta. El camino hacia el éxito no es tal sin los fracasos dejados en el camino. Hoy sé bien lo que hago y lo que voy a hacer. Miro siempre de frente e imagino el futuro. Cada experiencia vivida son los ingredientes que hacen alimentar la responsabilidad de crear, creer y crecer.

A todos les deseo lo mejor para el 2021. Y nunca te olvides que sos el artífice de tu destino.

JBLB

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5 Diciembre, 2020 | Las tres C del Destino

Las 3 C del destino. Crear, creer y crecer. Tres palabras que resumen un universo de situaciones y ocasiones en nuestra vida. Siempre doy la muestra que se puede, que sólo debemos crear una idea, una palabra, un sueño. Después, lo imaginamos, lo vemos y empezamos a creer en eso, le damos forma, para crecer con ella y ahí empieza el camino, ese que tanto buscabas. Cuento mis experiencias porque creo que ayuda a que puedas contagiarte éste ánimo, de no tenerle miedo a nada.

Ocho aviones, cuatro hisopados y veinte días de no ver a mis hijas. Ellas, con su miedo a que me contagie. Dejando preocupadas a personas que me aman, que me quieren, con la incertidumbre de que algo me pase. Más de 30 reuniones. Miles de palabras. Estamos en la peor situación a nivel mundial, y acá estoy, sigo adelante dando fuerzas al que me sigue, al que me escucha, al que me lee, al que quiera creer. Nueve meses sin vender pantallas de LED en las iglesias fuera de Argentina, y finalmente las vendí. Nueve meses esperando y ayudando a los que trabajan con nosotros, ellos preocupados y los socios bajoneados. Pero yo siempre digo lo mismo: tranquilos que ya se viene lo mejor. Si les digo que es fácil, les mentiría. Si les digo que no estoy triste o que no tengo angustia, les mentiría. Por supuesto que todo lo que hago, no podría hacerlo solo. Tengo un ejército de locos que me acompañan y me ayudan. Jessica y Juan son dos pilares fuertes en mi vida, que me cuidan la espalda en cada momento, más todos los que me rodean.

Este viaje fue el más especial de todos, por el contexto mundial que ya todos conocemos, caminar entre muchas personas, visitar iglesias y estar en reuniones, incluso los “toque de queda” en algunas ciudades. Sin embargo noté algo estos días y es que cada vez la gente me escucha más, lo noto en cómo me miran cuando les hablo, debe ser que se encuentran con alguien que les habla con la verdad, desde el corazón, saben que mi misión es ayudar y generar empleo. Algunos pensarán “pero, ¿cómo? ¡Éste se la pasa viajando!” Pero cada viaje es para mejorar la calidad de vida de todos los que me rodean.

Estoy en el avión escribiendo esto hasta llegar a mi destino, escuchando Tu fidelidad, de Marcos Witt. ¡Qué lindo es saber que el Señor me cuida! El loco, como le digo yo. Porque hacer tremendo viaje y estar sano se lo debo a Él. Y a mi papá que también me guía. Tu fidelidad es grande, dice.

Nunca dejes de soñar y creer, que no sabemos cuánto tiempo vamos a estar vivos. Hagamos ahora eso que queríamos hacer. Perder ahora, quizás mañana ganes mucho. ¿Quién sabe? Pero si no lo intentás, ¿qué carajo vas a saber? Insultá fuerte y llamá al destino. Decile que acá estás, que ya estás listo para eso que te habían preparado, no te sientas derrotado. Demostrale a tus hijos y a tus padres que sos eso. Que sos el héroe de tu propia historia.

JBLB, amigos. 🦁

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25 Noviembre, 2020 | Orgullo

La semana pasada me pasó algo muy loco. Estaba en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en un evento que hicimos en nuestro renovado showroom de Nexos Trading Bolivia. Finalizada la demostración, se me acerca un muchacho para contarme que él también era papá de mellizos, en este caso de una niña y un niño. Y que al pequeño le había puesto Javier, en mi honor. Me quedé helado, no supe qué decirle. Me contó que tenía una empresa y que le avisaba a todos sobre mis publicaciones para que las lean y vean nuestra filosofía. Me dijo que los ayudaba a motivarse.

Repito, no supe cómo reaccionar ante semejante muestra de afecto. Me hubiera gustado charlar más con él, preguntarle más cosas, pero la situación me descolocó. Uno a veces no mide las repercusiones de nuestras acciones, así sea un simple posteo en una red social. Por eso siempre hay que darle para adelante, con trabajo, dedicación y humildad, nuestras acciones son importantes para nuestros compañeros de trabajo, para nuestra familia, e incluso para desconocidos.

JBLB. 🦁

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16 Noviembre, 2020 | Volver a Volar

Sentimientos encontrados, por un lado la felicidad de llegar a Bolivia y ver a mis chicos después de 9 meses, y por el otro, triste por dejar a mis hijas y a todos los que me quieren en Argentina. Antes de tomar el avión, Orne y Bere me pedían que no viajara porque tenían miedo que me contagiara y me pasara algo feo. Tuve que contarles que soy su súper papá, que nada me va a pasar, que mi viejo desde el cielo me iba a cuidar. Todos los días le prendo una vela, y antes salir para el aeropuerto mis hijas se pararon delante de su foto y para pedirle que me cuidara.

Mi vida es así, arriesgarme a todo y por todos, uno creció gracias al apoyo de mucha gente, y me debo la obligación siempre de cuidarlos. Viajo por 23 días que serán eternos, pero debo hacerlos rendir al máximo. Vengo a Santa Cruz primero, a cumplir un sueño. Yo siempre hablo de los sueños y digo que los sigan porque algún día se cumplirán. Hoy quiero que Bolivia fabrique pantallas de LED, voy a hacer que nuestra empresa aquí también tenga 50 personas trabajando. A veces me dicen que estoy loco, pero mi locura siempre genera trabajo. Dios sabe que lo que yo quiero es hacer feliz a las personas, que tengan futuro y estabilidad. Que se las respete, cuide y mime. A veces, cuando cuento lo que quiero hacer, me miran como diciendo ¿estás loco? Y sí, muy loco.

Cuando llegué a Bolivia me vinieron a buscar Pepe y Willy. Perdón, no aguanté y los abracé. Lo mismo cuando llegué a la empresa. Clau, Pao, Pancho, Jasiel, los que estaban. Luego veré a Marcos y a Edddy. Mi corazón no me permitió cumplir el protocolo, mientras el otro lado en video llamada mis hijas me preguntaban cuándo iba a regresar. “Hijas, me fui esta mañana, faltan 22 días aún”. Sé que es difícil, pero en Argentina está cuidando la empresa la leona Jessica, la mamá de mis hijas. Juntos y con mucho esfuerzo logramos que nos fuera bien, sin haber estado con el mismo pensamiento nada de esto hubiera pasado. Y acá en Bolivia mi socio y hermano, Juan Pablo, que desde argentina también me pide que me cuide. Pero hoy el JBLB está presente más que nunca. Es hacer y conquistar, generar y compartir. Va a llegar el momento que la historia cuente que hay empresarios diferente que quieren que sus empleados tengan un futuro digno y en paz.

Bolivia, mi segunda, casa acá estoy. Te quiero, respeto y agradezco que aceptes como uno más. No te voy a defraudar y te demostraré que no te equivocaste. Las pantallas se iluminarán y se verán desde el cielo.

JBLB. 🦁

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2 Noviembre, 2020 | Motivar

Ustedes me preguntan, Javi, cómo hacés, cuál es el secreto, cómo hago para salir adelante, qué me aconsejas. ¡Contame tu receta! Pero la verdad, amigo, no tengo una receta o un secreto. Lo que sí les voy a contar son los sueños que tenía cuando trabajaba bajo patrón.

A mí me gustaba que me dijeran “buen día, Javi, ¿cómo estás? ¿Todo bien?”. En muchas empresas que trabajé el dueño era el cuco o el viejo de la bolsa. ¡No lo mires! ¡Ojo que ahí viene! Y olvídate que te pregunte cómo estás. Todos sabemos que nos pagan para que el trabajo esté bien. ¡Pero qué lindo cuando lo haces bien y te lo reconocen! Cuando te felicitan o te dan la mano. Cuando te dicen “¡sos un fenómeno¡”. Eso no me pasaba. Nomás me decían “dale, dale, que tenés que terminar”.

Qué lindo hubiera sido que me festejaran un cumpleaños, o que me dijeran, vení, dale, contame qué te pareció el libro que te regalé. La consigna es el aprendizaje constante. ¡Vos dale para adelante que yo te apoyo en todo! Eso no lo tuve jamás. Nunca el dueño de la empresa estuvo cuando necesité algo. Jamás me dijeron “loco, contá conmigo para lo que sea”.

El otro día vino una hermosa pareja a comprar una pantalla para darle más vida a su local. Eran tan emprendedores que me dijeron “Javi, queremos la pantalla, nos gusta mucho lo que hacés, pero esto es lo que podemos darte de adelanto. ¿Se puede hace algo?”. Le respondí que por supuesto. ¿Saben lo que es que te vengan a ver y a conocer lo que hacemos acá? ¡Eso ya vale mucho! Ni hablar el darles la posibilidad de que tengan su pantalla de LED. Es hermoso verles la cara de felicidad cuando les decís “dale, loco, vamos para adelante”. Pasó el viernes y quería compartirlo con ustedes.

Volviendo a lo de antes. Jamás tuve en mis tantos años de trabajo ese cariño, esa paciencia, o tan solo un poco de atención que intentamos brindar a todos en Grupo Uno LED y Nexos Trading Argentina. Cada persona es una familia y cada familia es un mundo. Ingresemos a ese mundo y quizás lo que es mucho para ellos o inalcanzable, para nosotros no es tanto. Y esa ayuda, esa palabra oportuna, ese apoyo les puede cambiar la vida. O al menos hacerle más fácil el camino. El secreto para llegar a marcar la diferencia sos vos. La receta tiene que salir de tu pluma. Vos elegís cada condimento. Yo te tiro tres: humildad, respeto y compañerismo. Vos agregale los que quieras y sientas.

Ser empresario no te convierte en dueño de las personas. No te convierte en ogro. No te convierte en egoísta. No te convierte en especulador. Ser empresario tendría que ser como una religión, que guía y ayuda a las persona en busca de su felicidad. Ya tenés el mando, hacelo bien o no lo hagas. Antes de empezar algo, siempre ponete a pensar cómo te hubiese gustado que te lo propongan a vos. Y actuá de esa manera. Creeme que va a ser diferente. En épocas difíciles salen los leones a la calle. A devorar todo lo que se les ponga adelante. Al miedo, a la derrota, a la duda, a la incertidumbre, al fracaso. El león va a terminar mal herido, con cicatrices profundas que quizás tarden mucho tiempo en sanar. Es probable que ni siquiera sanen. Pero esa es la que debemos dar. El miedo no es una opción. La derrota tampoco. El único camino es la pelea.

JBLB. 🦁

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15 Octubre, 2020 | Leones

Siento que todos los que trabajan en nuestras empresas son verdaderos leones, pero desde este mes quisimos empezar a premiar al más destacado. En esta primera oportunidad fue Renzo, quien demostró gran esmero y capacidad de innovación durante el mes pasado. El león del mes llegó para quedarse y ayudarnos a seguir superándonos día a día. Gracias Renzo, gracias a todos tus compañeros y compañeras por el compromiso que ponen día a día. ¡Vamos por más!

JBLB. 🦁

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21 Septiembre, 2020 | Suenan Campanas

Levantarse a las 5 AM. Hablar con los proveedores de China. Seguir afianzando relaciones y demostrar solidez. Ellos se asombran por las compras que hacemos y me preguntan cómo está nuestro país. Cómo hacemos para sostenernos en estos momentos tan difíciles. ¿Cuál es el secreto? Mi respuesta es: sólo sé que estamos haciendo lo correcto. Siguen las charlas. Les mando mensajes a mis secretarias hasta que al fin logro llegar a la empresa un rato antes de las 8 de la mañana. Siento que mi cabeza explota de información y de ideas que tengo que transmitir. Tengo dos herramientas de trabajo: mi teléfono y mi cabeza. Mi letra es como la de un médico, pero la diferencia es que un médico entiende lo que escribe y yo no sé ni lo que pongo. ¡Escribo más rápido de lo que pienso y después no sé lo que puse!

Llegan los vendedores a las 9. Y a los 10 minutos suena un campanazo. Quiere decir que se realizó una venta. Al mediodía suena de nuevo y todos decimos ¡vamos, que siga sonando! Ese sonido es el llamado de lo positivo, lo bueno, el trabajo, el futuro. Es el llamado al éxito. Desde que pusimos la campana no deja de sonar. Una vez, un pastor amigo me dijo “Javi, ¿vos conocés la historia de la siembra?”. Le dije que no. Me la contó y quedé sorprendido. Muchos años sembrando. Sembramos amor, humildad, respeto, paciencia, prosperidad, valentía. Pero también fracasos, vergüenza. Pero hoy empezamos a cosechar. Cosechamos futuro. También trabajo y familia. Y la campana es el símbolo de esa cosecha en la empresa. Ese sonar hermoso que se transformó en la tranquilidad de todos. Yo creo profundamente en el sacrificio, en seguir ese sonido, el nuestro. Hoy es una campana. El tuyo puede ser una canción, una voz, un ruido de mar o el canto de un pájaro. Que el sonido te llame y te represente.

Cerrá los ojos y soñá. Hacé sentir tu corazón, que te hable, que te guíe. Lo dice uno que vivió todas y pasó por todas. Y no dejó de soñar y alentar a todos lo que leen esto. Guiá tu sentido, escucha tu corazón. No duermas. Quedate hasta tarde pensando. Madrugá pensando. Que te explote la cabeza buscando la salida. Así es un emprendedor. No tengas miedo de perderte un asado con amigos. No tengas miedo de faltar a una cita del colegio de tus hijos. Que ellos el día de mañana entenderán que pensaste en su futuro, que es mejor que el presente. Sólo Dios y tus logros sabrán que dejás todo para el bien de todos. Sólo los emprendedores sabemos lo que es el sacrificio de una familia. No te arrepientas jamás de eso. El destino pronto tocará tu puerta. La vida eso te lo garantiza.

JBLB 🦁

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